EEUU: de conspiración en conspiración

2004-05-26
WORLD DATA SERVICE, 25/5/2004.- Tras los más recientes acontecimientos en Iraq, en Estados Unidos crece la certidumbre entre sectores de criterio político independiente que bajo la administración del presidente norteamericano, George W. Bush, la Casa Blanca se ha reforzado como un centro generador de conspiración tras conspiración.
La base de esa corriente de opinión no está solamente en el caso de los prisioneros iraquíes torturados por soldados norteamericanos ante las cámaras, ni en el argumento que utilizó Bush -el de las fantasmagóricas armas de exterminio masivo- para invadir el país árabe.
La teoría se apoya, primero que todo, en algunos incidentes en torno a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y a si el gobierno republicano cometió gruesas negligencias o perpetró acciones aún menos confesables.
Es lo que escribió esta semana el especialista en asuntos internos norteamericanos Mike Ward. En un comentario para la agencia alternativa estadounidense AlterNet, el experto aseguró, por una parte, que existen señales de que el presidente y miembros de su gobierno conocían de la inminencia de las agresiones terroristas contra el World Trade Center y el Pentágono, y de que en estas se utilizarían aviones civiles secuestrados.
En su artículo "Top 10 Conspiracy Theories of 2003-2004" (Las diez teorías cimeras de conspiraciones en 2003-2004), Ward recordó que el seis de agosto de 2001 -más de un mes antes de los ataques- Bush recibió un informe de inteligencia titulado "Bin Laden determinado a atacar a Estados Unidos".
"Ese reporte incluyó revelaciones sobre el hecho de que miembros de Al Qaeda estaban llevando a cabo operaciones de vigilancia sobre edificios de Nueva York; el World Trade Center fue mencionado en el primer párrafo, mientras que la perspectiva de ataque en Washington fue mencionada en el segundo párrafo", dijo el periodista norteamericano en su comentario.
"Pero en aquel momento quizá Bush tenía audífonos colocados, porque 36 días después cuando vió estrellarse el vuelo 11 contra el World Trade Center, dijo que su primer pensamiento fue: "¡Qué piloto tan malo!".
A Ward le llamó la atención la expresión confesada por el mandatario cuando presenció el segundo impacto contra las Torres Gemelas: "Crecí en un tiempo en que la idea de que América (Estados Unidos) estuviera bajo ataque nunca entró en mi mente". El especialista observó que el inquilino de la Casa Blanca, con ambas frases, trató de demostrar ingenuidad e inocencia.
El columnista de AlterNet rechaza teorías de conspiración en el caso del 11/9/2001 que se apoyan en hechos ficticios "masivos" a los que califica de racistas, en los cuales se señala que los judios que laboraban en las torres no fueron al trabajo ese día porque fueron avisados con antelación. Repudia además otra "teoría" que sitúa a musulmanes con conocimiento masivo pleno de los planes terroristas antes que estos se llevaran a cabo.
Pero Ward llama la atención sobre otras versiones. Algunas personas sí parecen haber recibido avisos previos al golpe. Por ejemplo y según citó Ward, el servicio de seguridad del aeropuerto de San Francisco contactó con el alcalde de esa ciudad, Willie Brown, ocho horas antes de los ataques del 9/11 con el fin de advertirle que no volara.
El controvertido autor Salman Rushdie, autor de "Versos satánicos" afirmó, por su parte, que recibió advertencias al respecto ante del aciago día, mientras que la revista Newsweek reportó el 24 de septiembre de 2001 que algunos empleados del Pentágono cancelaron planes de viajes aéreos programados para la noche del 10 de septiembre.
Un caso especial fue el del Secretario de Justicia, John Ashcroft, quien dejó de tomar vuelos comerciales dos meses antes de los ataques del 11/9.
Para el comentarista norteamericano las teorías de la conspiración desde la Casa Blanca han sido alimentadas por el escándalo de las torturas contra prisioneros en la prisión de Abu Ghraib en Iraq.
De acuerdo con Ward, la impresión compartida por muchos norteamericanos es que el gobierno trata de ocultar a toda costa que esos procedimientos fueron oficiales, ordenados, y no una maligna reacción espontánea de los carceleros.
Históricamente, tales corrientes de opinión pueden estar basadas en el hecho de que el actual secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, tuvo en 1983 una reunión con Saddam Hussein. Las imágenes están en una grabación de video donde aparece Rumsfeld estrechando la mano de Hussein en un momento en el cual Iraq empleaba armas químicas contra Irán.
Ward llamó la atención que desde el derrocamiento del Talibán mediante una invasión militar a Afganistán hasta la creación en Estados Unidos del Departamento de Seguridad Interna y la Ley Patriótica, todo se ha justificado por parte de la administración Bush como parte de la guerra antiterrorista tras los atentados del 11/9.
"Está claro que tras los ataques del 9/11/2001, la vida en Estados Unidos ha cambiado radicalmente, aunque los planes originales del gobierno republicano han permanecido inalterables", subrayó.
Para el experto, podría probarse incluso que la guerra contra Iraq no tuvo como motivación el petróleo, sino objetivos más "altos" de poder absoluto.
La base de esa idea es que los iraquíes estaban virtualmente desesperados por vender el combustible a empresas dominadas por Estados Unidos y no existían obstáculos para que se ejercieran los habituales métodos de control y dominación económica.
Para Ward, grandes medios de prensa de Estados Unidos han colaborado tenazmente a hacer creer al público que el gobierno norteamericano "se ha visto forzado" a hacer la guerra, pero lo que desea es "la paz", un concepto que la realidad contradice cada minuto.
Otras acusaciones de conspiración -que Ward no agrega en su artículo-situaron a Bush desarrollando manipulaciones para ganar las elecciones presidenciales del año 2000.
El presidente que ocupa la Casa Blanca no ganó el voto popular en esos comicios y muchos expertos afirman que tampoco el electoral. Solo obtuvo su triunfo a partir de maquinaciones sobre las urnas del estado de la Florida, donde está el grueso de "amigos de Bush" entre los sectores cubanoamericanos más influyentes.
No parecen gratuitas entonces otras denuncias en boga que afirman que si Bush perdiera las próximas elecciones, apelaría a un golpe de estado.
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